La fotografía arquitectónica más allá del objetivo
Durante años envidié a los ilustradores y pintores que tenían como motivo obras arquitectónicas. Ellos no se sentían aprisionados por las limitaciones del encuadre de la cámara, ni acosados por las aberraciones ópticas de los objetivos angulares extremos. Su capacidad para reproducir la textura y el detalle tenía como única barrera la sensibilidad del ojo humano, o la de la propia imaginación.
Ya no los envidio en absoluto.
La fotografía digital me ha otorgado un control casi total de la obra. Mi cámara es solo una herramienta para recoger información. Y recojo con ella más de lo que mis ojos son capaces de captar.
El trabajo que viene después se parece poco al de un ilustrador digital, aunque el resultado acabe siendo muy similar. Programas como Photomatix me permiten fusionar la luz de varias exposiciones para conseguir un rango dinámico incluso superior al que la propia retina del ojo humano es capaz de captar. Ensambladores panorámicos como PTGui me ayudan a conformar un ángulo de visión prácticamente ilimitado. Y lo mejor de todo, minimizando las distorsiones ópticas de manera dramática. El resto se consigue con una limpieza minuciosa de la información de la imagen. Casi artesanal.
Échale un vistazo al resultado: Pulsa aquí
Domingo Leiva 
Debo decir que, aunque no soy muy afecto a este tipo de intervenciones ni postprocesos digitales, tu trabajo me gusta porque parte de un respeto a la esencia de la información recogida por la cámara.
exelente tu trabajo men, http://cantuu.wordpress.com/ exelentes high light & high pass