HORA MÁGICA

Por Emilio J. García-Wiedemann

the colorful neighborhood of La Chanca / El colorista Barrio de La Chanca (Almería, Spain)

La hora ‘sexta’ de los latinos que ha dado nuestra reparadora ‘siesta’; hora ‘bruja’ denominan algunos a la medianoche; hora ‘tonta’, llamamos a aquella en que, por encontrarnos con la guardia más baja, nos acontecen sucesos que se salen de nuestro guion vital; ‘hora de la verdad’, denominamos a ese preciso momento en que no es posible seguir obviando una actuación que compromete nuestra existencia; hora ‘punta’, decimos cuando todos parecen darse cita con sus vehículos en el mismo espacio; hora ‘solar’, llamamos a la que, frente a la ‘oficial’, se corresponde con el ciclo del sol. En fin, estas son algunas de las ‘horas’ que se me vienen a la memoria sin tener que hacer un esfuerzo excesivo, pero desconocía, he de reconocerlo, que existiera una que tuviera las cualiades propias como aquella con la que encabezo.

Vine a saber de esta hora, como he dicho para mí desconocida, por el anuncio de una exposición fotográfica que lleva, precisamente, ese título. Pensé que se trataría de una muestra de secuencias que, por algún motivo, podían calificarse de ese modo, a la manera de un reloj constituido por imágenes asociadas a ese lapso de tiempo particular. Cuando tuve la oportunidad de echarme las instantáneas a los ojos sentí una doble sorpresa, por un lado, porque se trataba de imágenes realizadas a elementos inanimados en el mismo lapso temporal y, por otro, por la exultante belleza que, de puro fascinantes, produce una gran inquietud, debido al halo de irrealidad que irradian.

Pintar con luz, eso es, en definitiva, la fotografía. He de reconocer que siempre me había inclinado por la fotografía en blanco y negro. Me parecía que captar los matices en blanco y negro era mucho más complejo que hacerlo con el color, que puede embriagarnos tanto que llega a dejar en segundo plano lo retratado. Sin embargo, en el caso que me ocupa, la fascinación surgía, precisamente, del exquisito trato del color. Buceé un poco en los entresijos de aquellas imágenes y vine a saber que todas ellas habían sido captadas en esa divisoria temporal que funde magistralmente las últimas luces del día y los primeros claroscuros de la noche, una luz, en definitiva que se escapa escurridizamente a nuestra contemplación habitual.

La técnica que utiliza Domingo Leiva en las imágenes que nos ofrece las dota de un dinamismo ciertamente singular, los contrastes que nos regala para su contemplación dejan adivinar la paciente labor del orfebre que se recrea con los detalles particulares para engrandecer el conjunto. Un feliz hallazgo.

Publicado en «Ideal», 16 de enero de 2011.

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~ por dleiva en enero 18, 2011.

Una respuesta to “HORA MÁGICA”

  1. […] expectativas. El procesado digital me hizo perder durante algún tiempo mi atracción por aquella hora mágica. En el periodo pretérito al negativo digital, los matices captados por el sensor de la cámara, […]

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