La encrucijada del color en la Hora Azul y el procesado con «objetos inteligentes»

Iglesia de San Francisco /San Francisco Church (Salta, Argentina)

Las últimas luces del día y las primeras de la madrugada siempre me han fascinado. Solo en esos instantes fronterizos se dan la mano temperaturas de color extremas del espectro lumínico. Los últimos rayos de sol reflejados sobre la bóveda celeste proyectan un frío azul sobre el conjunto de la escena, mientras las zonas iluminadas por los tungstenos artificiales adquieren tonalidades cálidas de variados matices amarillos, naranjas y rojizos. Los neones, por sus parte, ponen sorprendentes notas cromáticas de temperaturas indescifrables.
En mis años de procesado químico solía llenar la papelera de diapositivas lastradas por desagradables dominantes de color. Durante la toma debía tomar decisiones que no siempre acababan siendo las más acertadas. La elección era utilizar película calibrada para luz de tungsteno, que azulaba exageradamente las zonas en sombra, colocar un filtro azul en el objetivo, con resultados similares, o utilizar una película normal sin objetivo, con azarosas expectativas.
El procesado digital me hizo perder durante algún tiempo mi atracción por aquella hora mágica. En el periodo pretérito al negativo digital, los matices captados por el sensor de la cámara, que yo era capaz de poner en valor un archivo cristalizado (jpg o TIF), eran realmente decepcionantes si se comparaban con la gama cromática que reproducían las diapositivas en el procesado químico. El trabajo con archivos RAW y sobre todo la posibilidad de trabajar con ellos como objetos inteligentes de photoshop me han franqueado nuevas posibilidades de interpretación del color que hacen que hoy pueda reproducir con fidelidad el escenario cromático que yo imagino en el momento de la toma.
En síntesis, estos son los pasos que sigo en mi proceso de revelado. Partiendo siempre de un archivo RAW, lo abro en Photoshop como objeto inteligente, utilizando Lightroom o Camera Raw. Diferencio tres zonas cromáticas en la escena, el cielo, las zonas en sombra (iluminadas solo por los últimos rayos de luz solar reflejada) y las zonas afectadas por la luz artificial. Las selecciono y las convierto en canales alfa.
Los objetos inteligentes tienen la virtud, entre otras muchas, de que pueden volver a Camera Raw y ser reprocesados en cualquier momento, cambiando las diferentes variables de revelado. Aprovecho esta ventaja creando como copias tres objetos inteligentes superpuestos que revelo en Camera Raw con diferentes temperaturas de color. Uno pensando en la temperatura adecuada para el cielo, otro para las zonas en sobra y otro para los tungstenos. Una vez revelados les aplico la máscara correspondiente y dejo visible en cada caso solo la zona para la que se ha calibrado el archivo correspondiente. El resultado recoge una gama de temperaturas de color equilibradas que se parecen más que nunca a las que los conos y bastones de la retina me transmitían en el momento de la toma.
El problema me surge cuando tengo que partir de varias exposiciones para hacer un hdr, y además unir varios hdrs en fusión panorámica. En esos casos debo de trabajar con archivos que no proceden directamente del negativo digital. Para esos casos he tenido que desarrollar un flujo de trabajo alternativo, algo más complejo y artesanal. Pero eso es otra historia, que será motivo de un futuro post.

~ por dleiva en septiembre 8, 2011.

Una respuesta to “La encrucijada del color en la Hora Azul y el procesado con «objetos inteligentes»”

  1. Muy interesante esta entrada.
    Muchas gracias por compartir tu experencia.
    La fotografía es preciosa!!!

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